Francisco M. Toro Gutiérrez
Profesor de Primaria e Historiador
Introducción
Sobre la historia de los negros y negras americanos se pueden hacer muchas lecturas: por ejemplo, una lectura económica, destacando su papel como fuerza de trabajo en las plantaciones de algodón del sur y en las efervescentes ciudades industriales del norte; política, como elemento desencadenante de la Guerra de Secesión o a raíz de la lucha afro-americana de los años 50 y 60; social, como minoría que ha pasado de la esclavitud a la segregación, del paternalismo al linchamiento.
A lo largo de la preparación y producción del trabajo hemos rechazado tajantemente el uso de la palabra "raza". Este rechazo a la idea de "razas humanas" viene derivada de la lectura de las entrevistas realizadas el año 1993 a Luigi Luca Cavalli-Sforza, recopiladas por el profesor Cristòfol A. Trepat. A pesar de su ambigüedad y falta de precisión apostamos por el uso de términos como "comunidad", con un contenido más cultural y menos biológico o físico.
Muchas son las películas que nos permitirían hacer un seguimiento del trato que han recibido los negros en el mundo del cine. A pesar de esto no seremos ambiciosos en el planteamiento, y nos centraremos en los inicios del cine y básicamente en tres películas, que nos servirán de hilo conductor. La primera de ellas es The Birth of a Nation (1915), de D. W. Griffith, inauguración del cine como un arte. La segunda de las películas es The Jazz Singer (1927), dirigida por Alan Crosland, el primer film hablado o, más bien, cantado. Por último nos centraremos en la producción Hallelujah! (1929), del director King Vidor.
La causa primordial de haber escogido estas películas es la relevancia que tuvieron en su momento, tanto para la evolución del cine como arte como para el uso que de la figura de los negros se hacía. A pesar de que este repaso podría ser mucho más extenso, consideramos conveniente estudiar más a fondo estas tres obras que significan una evolución, en orden cronológico, hacia una concepción más adecuada que de la comunidad negra americana se realiza.
Como hilo conductor del estudio no utilizaremos tan sólo la descripción de estos tres filmes, sino que la imbricaremos con un breve resumen de la historia más reciente de la comunidad negra americana.
De la esclavitud a la segregación
La guerra de secesión
Los negros americanos eran transportados a la fuerza hacia las Américas para convertirse en mano de obra barata, un papel que no pudieron desempeñar los indios norteamericanos porque estaban siendo aniquilados. Este tráfico humano nació a principios del siglo XVII, pero sería absurdo pensar que con su abolición el año 1865 la situación de los negros americanos mejoró realmente.
Además de adquirir mano de obra barata, los colonizadores anglosajones pretendieron desarraigar a los nuevos esclavos negros de su cultura africana, censurando así sus ritos religiosos. Esto explica que, a diferencia de los indios que estaban siendo aniquilados pero que conservaban sus tradiciones más ancestrales, los negros americanos por una parte perdieron elementos de su identidad africana, pero por otra se empaparon de la cultura y tradiciones de sus amos.
Como señala Jones (1), la explosión del comercio esclavista se produjo a principios del siglo XVIII. En 1700, en las colonias había unos 200.000 negros, mientras que en 1763 esta cifra había aumentado a 350.000. En la década de los sesenta los negros significaban un 23% de la población total y progresivamente su mayor concentración se daba en las plantaciones de los estados del sur. La esclavitud se afianzó en los estados del sur como una institución trascendente por su importancia productiva (2). No obstante, era una minoría de familias blancas la que poseía esclavos.
Los negros, como ya hemos apuntado, combinaron el sustrato cultural que trajeron de África y la cultura de sus amos.
El reducido número de revueltas protagonizadas por los esclavos no debe hacernos creer que su actitud era conformista respecto a su situación. Las letras de las canciones ponen de manifiesto esta infelicidad.
A menudo se pone énfasis en las duras condiciones físicas de la vida de los esclavos, tales como la alimentación, la vivienda o el trabajo, pero se pasa por alto las condiciones psicológicas que tienen que vivir y padecer, mucho más determinantes en la configuración de la personalidad de la comunidad negra esclava. La opresión psicológica a menudo superaba la física: separación de familias de esclavos, dependencia a veces paternal con respecto al amo, temor, la extendida teoría de la inferioridad de los negros, etc. Tanto los obstáculos físicos como los psicológicos hacían que las generaciones nacidas esclavas entendieran su condición como un "código natural", como señala Degler (3), contra el que no podían actuar a pesar de su inconformismo. Parte de estos obstáculos psicológicos son las condiciones de vida de los negros libres, a menudo peores que las de los esclavos.
De la misma manera, los negros libres del norte (130.000 en 1830 y 200.000 en 1850, año de aprobación de The Fugitive Slave Act ) sufrían también una situación de desigualdad e inferioridad. A pesar de esta ley, entre 1850 y 1860 se produjeron unas mil evasiones anuales (4). Lawrence Levine (5) señala que la resistencia esclava era pre-política, es decir, se basaba en la música, la magia, el arte, la religión, etc. Realmente es muy osado denominar como resistencia la práctica de la propia cultura. En este sentido debemos evitar la idea de relacionar la música negra americana con la canción protesta tal y como la entendemos actualmente.
Para acabar con esta "institución tan peculiar" se debía, o bien, provocar una gran rebelión de resultados impredecibles, o bien mediante una guerra. Por este motivo fue Abraham Lincoln, y no John Brown, quien abolió la esclavitud.
En la Guerra de Secesión, tanto la Unión como la Confederación usaron la aportación de los negros. La guerra tenía como telón de fondo el tema de la esclavitud, pero no debemos pensar que el norte se movía exclusivamente por un ideal filantrópico, sino que se trataba, más bien, de un problema de equilibrio político entre estados abolicionistas y estados esclavistas. No es de extrañar, por tanto, que aunque los negros participaron en mayor o menor medida en la guerra a favor de uno u otro bando, tras la victoria de la Unió su situación mejoró notablemente. Incluso durante la guerra los soldados blancos de ambos bandos eran contrarios a la intervención de la población negra. Esta situación se dio básicamente entre los blancos de grupos sociales más bajos, ya que una igualación de derechos con los negros supondría ya no tendrían en la escala social a nadie por debajo de ellos.
Aunque The Birth of a Nation fue dirigida el año 1915, no debemos obviar la interpretación que Griffith hace de la guerra civil, y que podemos relacionar con la que haría en 1939 Fleming en Lo que el viento se llevó . " Griffith fue el realizador genial, pero un verdadero indeseable. Su película más célebre, El nacimiento de una nación (1915), es un ignominia: no se ha hecho nada mejor de género racista fantástico ", afirma Marion Vidal (6). Griffith basó su película en los relatos The Clansman y The Leopard's Spot, de Thomas Dixon. Ambos, Griffith y Dixon, provienen de familiar sudistas derrotadas en la guerra.
Como película es una obra de arte: uso de múltiples planos, los caches, el "salvamento en el último minuto", el gran número de extras, así como su duración (dos horas y cuarenta y cinco minutos) son elementos que permiten afirmar a los expertos que con esta película nació el arte cinematográfico. La calidad de la producción se vio acompañada de un gran éxito en taquilla, consecuencia directa de la enorme polémica que despertó su proyección. La película es un drama que explica la historia de dos familias blancas enfrentadas por la guerra de secesión americana. Se trata de un canto racista de loor al Ku Klux Klan, fundado para salvar la honra de una joven atacada por un negro malvado.
El negro aparece vacío, es una caricatura. Sólo son felices bajo la tutela blanca (esto recuerda a las polémicas e interpretaciones que despertó la presencia española en América desde finales del siglo XV) Sin esta tutela el negro se transforma en un ser salvaje, violento y que, por si esto no fuera suficiente, causa el indeseable conflicto en el sí de la justa y digna población blanca estadounidense (WASP, se entiende)
Griffith simplemente lleva a las pantallas los estereotipos que han perseguido a los negros y de los que tanto les cuesta escapar: " el esclavo feliz, el músico, el bufón ridículo, la nodriza devota, el salvaje que cae en la bestialidad desde el momento que escapa a la tutela civilizadora del blanco, el mulato corrupto, la mulata sensual descontenta con su condición, el negro cobarde y supersticioso al que un capirote y una sábana son suficientes para aterrorizar... " (7) . Néstor R. Ortiz lo resume en " simples payasos " (8).
Los negros eran mostrados de una manera tan vacía que ni siquiera los que aparecen en la película lo son. Blancos disfrazados de negros (peluca rizada, betún en la piel, labios blancos, etc.) hacen esta función, al igual que se hacía en los minstrel shows, espectáculos donde a menudo blancos con la cara pintada parodiaban las vidas de los negros. Aún hoy podemos encontrar en muchas de nuestras casa figurillas representando este tipo de músico, a menudo soplando una trompeta.
¿Obra de arte o patraña racista? Ésta es una polémica que abrimos para la reflexión del lector. ¿Pueden las obras de arte dejar de serlo según un criterio moral y no artístico?. ¿Qué son las pirámides de Egipto: monumentales joyas de la Humanidad o deplorables vestigios de la esclavitud?, ¿o ambas?.
Con la Reconstrucción (1865-1877) los negros accedieron a las elecciones, tanto como votantes como en calidad de votados en convenciones estatales y legislativas. Aún así, este mayor acceso al mecanismo político contó con serios obstáculos, tales como el analfabetismo y la inocencia de muchos de los negros elegidos.
Fue de un famoso minstrel show de 1830 de donde se tomó el nombre de Jim Crow para designar a las frecuentes leyes segregacionistas. A finales del XIX y principios del XX estas leyes oficializaron la segregación: en los transportes, en los hospitales, en los restaurantes, en los barberos, etc. " Separados pero iguales " era la primera piedra de la justificación del linchamiento. Entre los defensores más radicales de estas medidas estaban los blancos más pobres del sur. Se da aquí la misma situación que se dio durante la guerra.
La revolución industrial
Comienza la migración de los Black Belt
A finales del XIX y principios del XX el índice de natalidad de la población estadounidense era bajo, y las fronteras fueron cerradas oficialmente el año 1860, pero este hecho es contrarrestado por un descenso aún mayor del índice de mortalidad. No obstante, el crecimiento demográfico no es uniforme, y el mayor número de población se concentra al este del Mississippi y al norte del Ohio, donde se encuentran las ciudades que más crecen. Serán estos los núcleos urbanos del norte los receptores de la nueva mano de obra negra provinente del maltrecho sur agrícola.
Este trasvase de la población rural a la ciudad es reflejado por el siguiente dato: en 1830 una de cada 15 personas vivía en núcleos con más de 8.000 habitantes (9), en 1860 ya era la sexta parte de la población la que vivía en la ciudad, mientras que en 1900 representa una tercera parte. A pesar de este notable crecimiento no será hasta el periodo 1914-1920, en plena fase industrializadora, cuando la población urbana supere en Estados Unidos a la agrícola.
La primera guerra mundial
Sus consecuencias en la población negra
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) la inmigración descendió en las ciudades del norte. A su vez, la industria bélica aceleró la masiva afluencia de población negra del sur que era, sin duda, mano de obra más barata. Tras la guerra y hasta 1929 se produjo en los Estados Unidos el crecimiento de industrias como la química, la eléctrica, la radio, la automovilística, y de la construcción. Con el advenimiento de los prósperos años 20 resurgieron en los Estados Unidos los deseos de conservar las costumbres tradicionales anglosajonas. Productos de esta visión y de las tensiones raciales son el resurgir del Ku Klux Klan y las restricciones inmigratorias, la persecución al fantasma del comunismo ("Septiembre Rojo", 1919), o la Ley Volstead (1919), ley prohibicionista. No olvidemos que la obra comentada de Griffith fue estrenada el año 1915.
Sin duda la gran migración de negros hacia las ciudades del norte se produjo con la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias. Desde 1914 hasta 1918 aproximadamente 400.000 negros emigraron hacia el norte, instalándose en ciudades como New York, Detroit, Filadelfia, Washington y sobretodo Chicago (10), debido a la falta de mano de obra en la industria. Como afirma Hobsbawn (11), " los negros desbordaron el norte con cifras extraordinarias ": New York, Chicago, Filadelfia y Detroit casi doblan su población negra entre 1910 y 1920, y la doblan totalmente en la década siguiente. De 226.000 en 1910 pasan a ser 902.000 en 1930. Una cifra más aportada por Hobsbawn: los negros de Chicago casi triplican el número de 1910 a 1920, y Harlem casi lo duplica; ambos se duplicaron entre 1920 y 1930. Durante la década de los 20 estas ciudades habían experimentado un incremento de población negra increíble: 66'6 por 100 en New York, 58'9 en Filadelfia, y un destacable 148'2 por 100 en Chicago.
La concentración masiva en los núcleos urbanos supone problemas de salud pública, seguridad, transporte, etc. Los nuevos venidos se ven obligados a aglomerarse en los barrios bajos, como South Side en Chicago o Harlem en New York, lo que supone la formación de ghettos y una acentuación de las diferencias entre clases sociales. Estos aspectos se agravan especialmente en la población urbana negra, que no ha mejorado sus condiciones de vida en el campo sureño, y que debe hacer frente a problemas raciales. A pesar de que en los estados del Norte no había leyes segregacionistas, el comportamiento social será muy distinto. Como testimonio encontramos a Billie Holiday, refiriéndose a la ciudad de New York durante los años 30 (12): " Puedes ir vestida de raso, con gardenias en los cabellos, no ver una caña de azúcar en kilómetros a la redonda, y aun así seguir trabajando en una plantación ."
A su vuelta, los 380.000 negros estadounidenses que participaron en la Primera Guerra Mundial no estaban dispuestos a tolerar el mismo trato por parte de los blancos. La vuelta de estos soldados, el crecimiento de los ghettos y la recesión posbélica son elementos claves para entender por qué en este periodo la población blanca vio a la negra como una verdadera amenaza. Producto de esta tensión social son los incidentes raciales, especialmente graves en Chicago el año 1919.
No obstante, la sociedad estadounidense se caracteriza durante los años 20 por su protesta y rebelión, plasmadas, por ejemplo, en la literatura, en la lucha feminista y, como no, en la música. El auge de la música negro-americana en esta década responde a múltiples factores, todos ellos relacionados entre sí: el crecimiento de las ciudades del norte, la formación de ghettos negros, el espíritu rebelde de la juventud americana, etc. La prohibición del consumo de alcohol, la formación de ghettos y el nacimiento de una red ilegal de garitos favorecieron, sin duda, el ambiente de clandestinidad del que bebió y que caracterizará al blues a lo largo de su historia.
Es a lo largo de esta época cuando encontramos las otras dos películas que citaremos a continuación con cierto deteminiento.
The Jazz Singer (1927) es la primera película hablada. El público escucha atónito desde la pantalla: " Aún no han oído nada ". El cine pudo hablar antes, pero había un problema comercial. Un filme mudo podía venderse a cualquier país; uno en inglés, no. La Warner, acosada por las deudas, dio el primer paso para evitar la ruina. Poco después el cine mudo había muerto. A pesar de la novedad que presenta la película, se trata de una producción mediocre realizada por la industria judía de Hollywood.
En la película aparece Jakie Rabinowitz, o Jack Robin tras americanizar su nombre, judío nacido en los Estados Unidos que prefiere cantar jazz a cantar en la sinagoga, tal y como habían hecho sus cinco generaciones anteriores. Esto le enfrentará a su padre hasta el lecho de muerte. Encontramos en la película, por tanto, el conflicto entre el inmovilismo del inmigrado (padre) y el movilismo cultural de la segunda generación (hijo).
Es relevante y esperpéntico como el elemento que americaniza y asimila la nueva generación de inmigrados es la música propia de una comunidad que está sufriendo los efectos de la segregación en su propio país.
Del tema musical podríamos hablar largo y tendido. Ya hemos comentado como los minstrel shows, protagonizados en sus inicios por blancos, favorecieron la expansión de la música y costumbres propias de los negros.
A lo largo del siglo XX el jazz y, en general, la música negra americana era interpretada por negros en locales para blancos: " Se ve muy bien en Cotton Club: los blancos están en la sala, los negros en la escena y en las cocinas. " (13)
Un paso adelante lo realiza el director, blanco, King Vidor. En 1929 dirigió Halellujah! . El avance fue significativo: " Durante mucho tiempo albergué un secreto: realizar una película acerca de los negros, interpretada en su totalidad sólo por negros. Sus sinceridad y fervor religiosos me intrigaban tanto como sus relaciones sexuales " (King Vidor) (14)
El argumento gira entorno a la vida de unos campesinos negros, recolectores de algodón del sur, ¡interpretados por negros!. Además, la película aleja a los negros de los estereotipos que Griffith puso en escena y que anteriormente hemos comentado. No sólo los actores son negros sino que se les muestra con unas conductas, costumbres y sentimientos completos, propios y alejados de clichés.
De la Gran Depresión a la revolución de los negros (años 50 y 60)
Durante los años 30 la Depresión afectó ostensiblemente a ciudades como Nueva York, Chicago o Detroit (ésta última había pasado de 6.000 habitantes negros en 1910 a 120.000 en 1930) (15).
Si la Gran Depresión fue especialmente dura con la población negra, el New Deal de Roosevelt significó un avance importante en la lucha contra la segregación. La integración de negros en organismos federales, en proyectos del New Deal como la AAA ( Agricultural Adjustment Act ), la TVA ( Tennessee Valley Authority ), y en programas de bienestar social, se vio acompañada de una apertura de las fuerzas armadas a la población de color.
Como ya ocurrió en la Guerra de Secesión y en la Primera Guerra Mundial, cuando los negros fueron llamados a filas, durante el mandato de Roosevelt y en vísperas de la Segunda Guerra Mundial los negros accedieron de manera importante a las fuerzas armadas, especialmente a la marina, ya que la aviación era un cuerpo más elitista. Como en las ocasiones anteriores, este proceso de igualamiento tuvo una importante oposición. Valga como ejemplo un informe secreto del War College sobre la mano de obra negra en el ejército, donde se describe al negro como inferior, cobarde en la oscuridad, supersticioso y con la capacidad craneal más pequeña que el blanco. A pesar de todo, es en esta época donde encontramos los primeros casos de pilotos negros.
La relación del negro con su participación en la guerra nos interesa por varios aspectos: el primero, es un primer paso hacia la integración; el segundo, aumenta las aspiraciones de la comunidad negra, despierta su conciencia y contribuye a la creación de organizaciones negras; y el tercero, influye de manera notable en la forma del blues.
Una vez más se constata que son las fuerzas armadas norteamericanas las instituciones donde antes se apela al "patriotismo" de los negros. Es, por tanto, en funciones militares, y no civiles, donde los negros se empiezan a equiparar a sus conciudadanos blancos. Esta situación, como hemos visto, se dará principalmente en tres grandes guerras: la Guerra de Secesión, la Primera Guerra Mundial y, en mayor medida, en la Segunda Guerra Mundial, aunque no debemos olvidar Corea y Vietnam. A pesar de todo no debemos pensar que fue fácil la participación negra en las correspondientes contiendas militares. Holiday nos lo explica en su autobiografía (16): " No sé lo que habría hecho en el caso de que a mi hombre le hubiesen ocurridos las mismas cosas que debieron soportar otros soldados negros (...) Algunos negros que conocí se habían pasado la vida luchando para salir del Sur y llegar a ser algo en Nueva York. De pronto los reclutaban e iban a para otra vez a algún campamento del Sur. " En los distintos ejércitos los negros siguen siendo marginados.
El Comité de Derechos Civiles creado en el mandato Truman pretendía demostrar que los Estados Unidos no eran un país racista, como la Alemania nazi contra la que habían combatido en la Segunda Guerra Mundial. Como destaca Zinn (17) esto se hizo por razones tanto morales como económicas, debido al alto coste que suponía una sociedad segregada. Dicho comité aprobó leyes antisegregacionistas que finalmente el Congreso no llegó a votar. Fue en vísperas de 1948 cuando Truman tomará la decisión de acabar con la segregación en las fuerzas armadas. Recordemos que durante la Segunda Guerra Mundial los negros accedieron al ejército, pero en una situación de desigualdad, con sueldos menores, etc.
Éste era el caso del último personaje al que haremos mención. Se trata del actor Sidney Poitier , combatiente en la Segunda Guerra Mundial. Poitier ( Los lirios del valle , En el calor de la noche , etc.) representaba la nueva élite burguesa negra, que más que afirmar su condición de negros, intentaban integrarse adoptando los roles hasta ahora propios de los blancos norteamericanos.
Ante la nueva vertiente de la lucha negra se intentó facilitar el acceso de los negros al sistema establecido. Se trata del "capitalismo negro", personificado en Sidney Poitier, que no solucionaba los problemas de la clase baja negra. Es más, estos destellos de integración a la clase baja negra no sólo no le aportaron grandes mejoras, sino que, como ya ocurriera en otros tiempos, fue la causa del recelo de la clase baja blanca. Los negros comenzaban a vislumbrar la victoria en el tema de los derechos civiles, pero no en su influencia en la esfera económica.
Fichas técnicas:
THE BIRTH OF A NATION
(1915)
Dir.: D. W. Griffith. Prodn.: Epoch Prod. Corp. Prodr.: D. W. Griffith, H. E. Aitken. Arg.: basado en los relatos The Clansman y The Leopard's Spots, de Thomas Dixon. Guión: D. W. Griffith & F. E. Woods. Fot.: Billy Bitzer y Karl Brown, en b/n. Intérpretes: Lillian Gish, Mae Marsh, Henry B. Walthall, Miriam Cooper, Mary Alden, Ralph Lewis, Josephine Cromwell, George Siegmann, Walter Long.
THE JAZZ SINGER
(1927)
Dir.: Alan Crosland. Prodn.: Warner Brothers Pictures. Guión: Alfred A. Cohn, basado en "The Day of Atonement" de Samson Raphaelson. Intérpretes: Al Jonson, Warner Oland, Bobby Grodon, Eugenie Besserer, May McAvoy.
HALLELUJAH!
(1929)
Dir.: King Vidor. Prodn.: MGM. Prodr.: King Vidor, Irving Thalberg. Arg.: King Vidor. Guión: Wanda Tuchock. Fot.: Gordon Avil, en b/n. Intérpretes: Daniel L. Haynes, Nina Mae McKinney, William E. Fountaine, Harray Gray, Fannie Belle DeNight, Everett McGarrity, Victoria Spivey, Dixie Jubilee Singer.
· DEGLER, C. : Historia de Estados Unidos (1600-1860) , Ariel, Barcelona, 1986.
· Jazz y Rock , Planeta, Gran Discoteca Familiar 3, Barcelona, 1991.
· JONES, M.A. : Historia de los Estados Unidos (1607-1992) , Cátedra, Colección Historia Serie Mayor, Madrid, 1995.
· HOBSBAWN, E.J. : The Jazz Scene , Pantheon Books, Nueva York, 1993.
· HOLIDAY, B. : Lady sings the blues , Tusquets, Colección Andanzas 135, Barcelona, 1991.
· MEYER, J. : Esclavos y negreros , Aguilar Universal/ Historia, Madrid, 1989.
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· OLSON, K.W. : Reseña de la Historia de los Estados Unidos , Servicio Informativo y Cultural de los Estados Unidos de América.
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