La Opinión de Tenerife , 9-4-04
La Academia Canaria de Historia inicia su andadura "en busca de identidad"
Su presidente es Antonio de Béthencourt Massieu, ex rector de la ULL
Durante demasiados años, los avatares históricos de estas Islas no se estudiaron con mayor rigor solapados por la creencia de que, al formar parte de España, compartíamos la misma biografía. Y no. Por no compartir no compartimos ni la geografía. Este es el punto de partida de la recién constituida Academia Canaria de Historia que preside Antonio de Béthencourt Massieu.
Dicen que los pueblos que no conocen su historia están abocados a repetirla, aunque los avances registrados en Canarias hagan difícil que esto sea así. El presidente de la recién formada Academia Canaria de Historia, Antonio de Béthencourt Massieu, que fuera rector de la Universidad de La Laguna en su día, hace hincapié en lo que nos diferencia del resto del país, al que nos une tanto pero, desde luego, no la geografía. Sí la lengua, aunque con otro acento; sí los mapas, pero con mucho mar por medio; sí la economía política pero con tantos matices que la historia es otra. Muy otra.
De ahí que desde hace apenas unas semanas se diera a conocer tímidamente, mediante el ciclo de conferencias titulado Lectura de Historia de Canarias: la construcción de una nueva historiografía, esta Academia, que acaba de recibir ya su primera ayuda económica, proveniente del Cabildo de Gran Canaria y consistente en unos 9.000 euros.
Antonio de Béthencourt Massieu, Premio de Investigación Menéndez Pelayo (1952), Medalla de Oro de la Universidad de La Laguna, Premio Canarias de Acervo Histórico (1992) e Hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria, entre otros méritos y honores, señala que "en cualquier parte del mundo, si una región quiere saber cuáles son sus signos de identidad, no los puede encontrar sino a través de la Historia". Esa es la base de la constitución de la nueva Academia. En su opinión, "se ha avanzado muchísimo en el estudio de la Historia de Canarias en los últimos 30 o 40 años" y "de ahí están saliendo una serie de características que son las nuestras propias", algo que "debe interesar aún más en un sitio tan estratégico mundialmente como los archipiélagos macaronésicos y en especial el de Canarias, que es el más amplio y mejor situado".
Los objetivos de la Academia Canaria de Historia pasan, según sus propias palabras, "por preservar todo lo que se viene haciendo de historia local porque el localismo en Canarias tiene mucha importancia a través de la Historia, con las parroquias etc etc. El primero que se dio cuenta de ello fue Unamuno, que decía que teníamos la isla en la isla. Hay que hacer la historia de tipo local y comarcal". Asimismo, "interesa la historia de cada una de las islas porque si bien tenemos una historia común y somos bastante semejantes, cada una de ellas tiene sus caracteres propios, no ahora, sino siempre, probablemente desde la época prehistórica. Sin duda, la historia aborigen en Canarias no es la misma en Tenerife que en Lanzarote o La Gomera", señala.
El tercer objetivo es hacer también una historia regional "porque nosotros tenemos una serie de intereses y de trayectoria comunes. Nuestro primer signo de identidad es que hasta geológicamente somos diferentes de todas las comunidades españolas, y tenemos una serie de problemas comunes entre las islas, tendremos que estudiar qué nos une, lo que enlaza con la concepción de John Eliot sobre el Atlántico". Para Béthencourt Massieu, "Canarias tiene un papel específico en ese juego Atlántico". La actividad de la Academia pretende "recoger la tradición existente, pero también analizar lo que nos puede convertir en lanza de proyección hacia el futuro", afirma su presidente, al tiempo que aduce que "si todo esto se sabe bien, creemos que el pueblo, los isleños, tendremos una conciencia de lo que somos, de lo que hemos sido. Pero también el político debe saber qué problemas tuvimos".