Comentarios sobre: El fuego como ejemplo
Publicado por Dhistoria
EL NEOLÍTICO SAHARIANO EN EL ENTORNO
Por Miguel Leal Cruz .
En nuestra etapa de juventud estudiantil se nos decía que el hombre prehistórico había descubierto el fuego, más bien habría que decir que aprendió a hacer uso del mismo. Es obvio que la estructura geográfica terrestre se hizo con fuego (magma). En periodos más avanzados durante el proceso de vida terrestre, tanto animal como vegetal, el fuego continuó siendo el primer protagonista de nuestra historia geológica.
Por tanto no hemos de decir que el hombre descubrió el fuego, sino que en diferentes momentos aprendió a hacer uso del mismo.
Un rayo puede incendiar un bosque en cualquier momento de la noche oscura de los tiempos, el hombre, existente en aquel momento y lugar, pudo aprender y constatar que la carne quemada era preferible a cruda, y que podría hacer uso del mismo en los periodos fríos.
Pero no podemos determinar de forma cronológica y exacta cuando y que grupos humanos fueron los primeros en hacer uso y aprovechamiento del fuego, por hallarse implícito en la propia naturaleza que rodeaba al hombre en cualquier momento cronológico de la historia de la Humanidad. Ésto es obvio.
El período cultural humano que surge como consecuencia de profundos cambios climáticos que tienen lugar en las últimas fases del cuaternario (entre doce y ocho mil años), en que los hielos dominaban toda Eurasia hasta prácticamente el estrecho de Gibraltar, se conoce con el nombre científico de Neolítico, puesto que el hombre ha de cambiar y desarrollar nuevas costumbres y comportamientos que el nuevo medio le exige, puesto que los animales de caza huyen tras el hielo, los mamuts, renos etc., en aquel continente.
También se conoce a éste período, largo y oscuro, como todos los que forman la Prehistoria, con el tópico de "piedra nueva" o pulimentada que se usa como utensilio en contraste con la piedra vieja o de lascas. cuando es ciertamente la aparición de otros aspectos culturales, como puede ser la cerámica y la sedentarización lo que da un mayor protagonismo a estos hombres llamados "cavernarios".
Pero sí es en esta fase cuando el hombre necesita despertar del anterior letargo de miles de años, en errabundo comportamiento, para decidir afianzarse en lugares determinados, para iniciar el proceso de revolucionarias estructuras para aquellos momentos y que el historiador inglés Gordon Chylde no duda en calificar en la "primerísima revolución industrial" y que a otros les parece exagerado. Y fue precisamente en los valles y lugares próximos a los rios o lagos, donde se iniciaron los primeros poblamientos fijos y que trajo aparejada la aparición de la agricultura y ganadería incipientes, obligando, en el caso de nuestro entorno canario -africano, a domesticar los animales, puesto que con la mayor desecación huían a la búsqueda zonas de nuevos pastos.
Los primeros ocupantes del Sahara, que ya dominaban y hacían uso del fuego, son pescadores, cazadores o recolectores en comportamientos muy distintos al neolítico europeo, en parte debido a la suavidad climática. Según Hugot en su Prehistoria del Sahara -Unesco-, estas gentes se alimentaban de carne de hipopótamo, peces de lago y tortugas de agua dulce, así como, las bayas de almez o las sandías que abundaban en aquel Sahara verde. El hecho de que hombres del neolítico africano hayan fabricado, con profusión, azadas, trituradores, muelas de piedra etc., denotan una forma de vida activa. Prácticas agrícolas en las que aparecen semillas de cucurbitáceas en los yacimientos que han sido excavados denotan formas de protocultivo anteriores a los aparecidos en el continente euroasiático.Se detecta el perfecto pulido de la piedra y sobre todo el aprovechamiento de los huesos, con armazones variados. Se caza con arco o con venablo, se utilizan arpones y anzuelos de hueso para la pesca en los enormes lagos existentes en el hoy desierto. Materiales para triturar, dice Hugot, perfectos con instrumentales de molinos hechos con ruedas de piedra, utilizados para semillas, bayas, sorgo. La cerámica cocida, lisa y más tarde con decorados, muy abundante en estas islas, algunas de enorme belleza. Esta podría ser la primera oleada neolítica de la zona nor-oeste magrebí, muy bien conocida, según Hugot, y que afectó la parte sur de Europa, sin lugar a duda razonable.