PERIODISMO HISTÓRICO
”La conservación del Patrimonio Histórico tiene costes, pero…”

Por Miguel Leal Cruz*

En nuestro cotidiano paseo peatonal lagunero por prescripción facultativa, recorremos varías vías de esta ciudad que es Patrimonio Histórico de la Humanidad. En la calle Tabares de Cala observamos el preceptivo cartel por obras de restauración en un edificio histórico protegido, en el que se lee: “Cabildo de Tenerife. Adecuación de edificio para sede administrativa del complejo museístico” y en la próxima de Anchieta: “Organismo Autónomo de Museos y Centros, Rehabilitación del Edificio Calle Anchieta, 9”. Casonas señeras éstas (muchas hechas con dinero de Cuba) a rescatar (al igual que ya lo han sido otros edificios históricos), que pasan a engrosar el rico Patrimonio cultural lagunero, siempre bajo labor encomiable del Cabildo Insular con ayuda de la UE. Precisamente el pasado viernes se presentó el Libro “Flandes y Canarias” (CCPC) y muchas estas casas laguneras llevan el nombre flamenco de sus constructores (como debemos saber).

Sin embargo, en la misma calle, las fincas que tienen números 11, 13 y 15, así cómo la 33 en Tabares de Cala con la que hace cruce, permanecen en estado ruinoso con desagradable visión para turistas y no turistas. Por lo tanto, sus dueños (o mejor herederos) tienen la obligación de subirse al carro de la legislación sobre conservación patrimonial vigente, o buscar otra solución. ¿Por qué? Elemental querido Watson: La Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de La Laguna dispone que en breve tiempo se aportarán subvenciones para los particulares que realicen obras de mejora en fachadas y tejados de los edificios enclavados en el casco histórico. Sin perjuicio del deber de mantenimiento estético o de infraestructuras que tienen los propietarios, también podrán ser subvencionadas ciertas obras de restauración en el interior de los inmuebles, siempre que suponga conservar elementos arquitectónicos de cierta relevancia histórica o artística (que sean originalmente parte de estos edificios). Así mismo, se podrán subvencionar puertas de madera con estilo tradicional para los garajes de los bajos que no sean acordes con dicho formato, para así asemejarlos a los antiguos portalones que daban acceso a caballerías, carruajes, mercaderías o a vehículos de motor en el último siglo.

Conocemos este sentimiento cultural para con nuestra arquitectura histórica o tradicional, puesto que en la ciudad de Santa Cruz de La Palma en los primeros años de la década de los 80 pasados, compramos una antigua casona en la Calle Párraga 9 (si bien aún tiene un 7 en lo alto de la puerta principal) que se hallaba a la espera de “desguace” para la construcción de un bloque de viviendas (cuatro pisos de altura con locales). Pero, con enorme voluntad medio restauramos la misma; referencia arquitectónica construida en el siglo XVII y que fue vivienda de ilustres familias palmeras. En consecuencia, se logró conservar, habitarla y de paso impedir la ruina total o inminente derribo. La casa, de tipo antiguo con mucha madera de tea y tejas de barro, dispone de dos plantas de 220 m2 cada una: la del suelo para diversos usos de la servidumbre (llamados criados) y la más alta, con grandes habitaciones, para los dueños. Creemos ha sido catalogada oficialmente con descripción pormenorizada de usos (alguno comercial) y aplicaciones o status de los que habitaron en ella…

Más tarde, a principios de los 90, por traslado a La Laguna de Tenerife, la adquirió un profesor de Lengua en el próximo (a la casa) Instituto “Anselmo Pérez Brito” que la restauró definitivamente pasando a ser patrimonio arquitectónico de la Ciudad, y por lo tanto protegida “in secula seculorum”, de todo lo cual nos alegramos mucho y sinceramente. De los avatares hice partícipe al profesor de periodismo y teórico conservador del patrimonio arquitectónico lagunero: Adrián Alemán de Armas.

Pero lo expuesto nos debe hacer reflexionar en otro aspecto también importante. Estas casonas antiguas suelen guardar bajo los suelos y cuadernas de madera (de tea), así como en el interior de las anchas paredes de piedra seca (a veces de un metro) o en los entretechos, muchos restos de interés. Utensilios, partes de herramientas empleadas y otros efectos de la época de su construcción, así como fragmentos de losa llamada de “caco” o incluso de porcelana de los siglos pasados (se encontraron varios de estos vestigios en la antes descrita) Y esto ha de ser conocido por los restauradores o propietarios de los inmuebles.

Ya que como apuntó en un artículo, hace algún tiempo, Moisés Plasencia Martín, Director General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, y que “fusilamos” (dixit alguno) un buen párrafo por su elevado interés en aras de la teoría que aquí se pretende: “El patrimonio inmaterial es el conjunto de formas de cultura tradicional y popular o folclórica, es decir, las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en la tradición. En nuestras Islas existen tradiciones orales, hechos históricos, costumbres, oficios en peligro de desaparecer, peculiares formas de comunicación como el silbo gomero, música, bailes, deportes vernáculos, rituales, medicina tradicional y fiestas populares, que definen nuestro pasado y presente. Este rico patrimonio intangible que posee Canarias representa la fuente vital de su identidad canaria. También poseemos, en cada una de las islas, un excelente patrimonio material: yacimientos de nuestros antepasados prehispánicos (cuevas, hábitats); monumentos, iglesias y ermitas; obras de arte escultóricas y pictóricas; museos y casas históricas, o, de grandes genios y modelos de la cultura canaria y universal; la Ciudad de La Laguna como Patrimonio de la Humanidad; paisajes humanizados como los palmerales y bancales de La Gomera, los platanales del Valle de Aridane o La Orotava, los viñedos de la comarca de Acentejo en el norte de Tenerife, los almendreros de Tejeda o Puntagorda, las salinas de El Carmen en Fuerteventura, las del Janubio en Lanzarote o Las Puntas en El Hierro, los molinos de agua de La Palma o los de viento de Fuerteventura; las Gerias en Lanzarote; el poblado de Guinea en El Hierro; los conjuntos históricos de Vegueta, Santa María de Guía, Gáldar, Arucas, Telde, Garachico, La Orotava, San Juan de La Rambla, Tacoronte, Teguise, Betancuria o Santa Cruz de La Palma y otros ¿Y qué está pasando? ¿Somos conscientes de la riqueza que representa este patrimonio material e inmaterial?...”

Pero es que, además, el Organismo cultural universal por excelencia, UNESCO, afirma que la memoria es un motor fundamental de la creatividad: esta afirmación se aplica tanto a los individuos como a los pueblos que encuentran en su patrimonio –natural y cultural, material e inmaterial- los puntos de referencia de su identidad y las fuentes de su inspiración. A todo esto se añade la existencia de canales para comunicar por TV. -vía satélite- (Viajar-España, Liberty TV-Francia, entre otros), que muestran reiteradamente la diversidad cultural de los distintos pueblos o etnias del mundo con clara finalidad de potenciar un turismo específico o de masas. Se observa que lo más que se prioriza es la cultura arquitectónica tradicional, rural o urbana, sin perjuicio de los aspectos culinarios, festivos, folklóricos o la idiosincracia costumbrista o histórica de los mismos. Cultura en suma.

PUBLICADO El Mundo-La Gaceta de Canarias, agosto 2005