INTERFERENCIA PROFANA
P. HERNÁNDEZ RUBIO DÍAZ
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La peste negra de los tiempos contemporáneos / 1
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La nefasta llegada al poder del antiguo PSOE, del que ya no sabemos qué es realmente, ha potenciado la apertura de la Caja de Pandora que favoreció la política pactista de UCD. Los nacionalismos regionales españoles nos están haciendo perder necesarios esfuerzos para dedicarlos a cosas realmente importantes y la división cainita se propaga por toda nuestra piel de toro peninsular e islas. Catalanes, vascongados, gallegos, andaluces, canarios, etcétera, con la 'marcha verde' silenciosa que nos ha invadido e invade vía patera o turística, son los síntomas que, en algunos de sus casos, muestran la gravedad de la enfermedad.
Los políticos con el Poder estatal o autonómico en sus manos y los poderes fácticos que los propulsan han acreditado que no hacen uso de los mismos, sino abuso y lucro. Como ciudadanos sólo nos resta tener que reconsiderar el sentido del voto que podemos emitir y darlo sin utopía y sí con el sentido práctico de lo que más conviene al colectivo social mayoritario al que se distrae con una información que sólo es propaganda sectaria y mucho 'circo'.
Dentro de ese marco estamos viviendo en Canarias unos tiempos en que CC, desde el timón de ATI, precisa de rehacer su en disminución clientela, recogiendo el aluvión disperso. Así nos hemos visto inundados por maniobras de propaganda nacionalista que un día es la supresión del escudo del Archipiélago, otro la adopción de nueva bandera, siempre el victimismo referido al Estado Central, etcétera. En las operaciones que tienen como eje el respaldo histórico siempre, siempre se hace desde el desconocimiento de la real Historia y la introducción de la historieta más conveniente en cada momento.
Quienes no vivimos del 'pesebre', ni nos interesan los cantos de Sirena, pero disponemos del conocimiento especializado en esa materia, estamos obligados a seguir con nuestro papel de llaneros solitarios, porque alguien tiene que avisar de la gravedad del futuro que se nos viene encima.
Hoy, con las limitaciones crónicas que impone el medio informativo y la aridez de un tema erudito, toca hablar del nuevo elemento 'técnico' que el nacionalismo gobernante en Canarias ha puesto en juego. Me refiero a José Juan Jiménez González y su " Canarii. La génesis de los canarios desde el Mundo Antiguo" , que edita el Centro de la Cultura Popular Canaria con los dineros de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes y del Cabildo de Fuerteventura. Es decir, dinero público al servicio de causa particular. Y ésta es razón suficiente para que cualquier contribuyente fiscal dé su opinión al respecto.
El autor y su obra se presentan como algo original y producto de una investigación en orígenes, que es lo que autentifica al autor como el creador de su obra y a ésta como un producto riguroso. La verdad es otra cosa, porque estamos ante un nuevo 'refrito' al que se ha añadido una hipótesis del autor que está en contradicción con las pruebas que ha acumulado para defenderla. A estos únicos aspectos, por limitaciones de espacio, reducimos nuestros comentarios de hoy.
La obra se adorna con una amplia Bibliografía, que empieza en "fray Juan de Abréu Galindo" (el entrecomillado y la expresión del nombre es propia, corrigiendo lo que presenta el autor en cuestión) y termina con M. Zyromski. El conjunto es sólo táctica y elemento de convicción, no componente de lo que es una investigación en fuentes originales. Las omisiones son graves y muy significativas.
El fin de la obra viene a ofrecer un origen étnico al conjunto de gentes que formó el bautizado como canarios prehispánicos. Lo alcanza en base a que gentes del pueblo africano de los canarii fueron traídas en tiempos de dominación romana, bajo la égida del emperador Claudio, y situadas en las Islas Canarias, que estaban deshabitadas. Ya aquí se dedicaron a la explotación de las pieles y productos derivados de las focas monje y fueron olvidadas y abandonadas en nuestras islas por los efectos de la sobreexplotación que produjo la extinción o emigración de los animalitos por el siglo II de nuestra era, hasta su redescubrimiento en el siglo XIV.
Naturalmente, Jiménez no ha precisado hacer investigación en origen porque las fuentes del Mundo Antiguo, todas ellas, eran conocidas y están publicadas. Particularmente fue idea de Elías Serra Ráfols y de Juan Régulo Pérez el formar un corpus de autores helenos, latinos y árabes que, en el pasado, se hubieran ocupado de las Islas Canarias. Era un componente más a su plan general de revisar la Historia de Canarias tradicional en base a la exhumación y publicación de los fondos documentales. La falta de medios económicos impidió su publicación progresiva, pero sí se fueron proyectando con sendos trabajos que se encomendaron al reconvertido Buenaventura Bonnet. Juan Álvarez Delgado usufructuó esa labor, aunque la desvió y distorsionó al servicio de su particular versión. Ambos forman parte importante del referido 'refrito' de Jiménez González.
En la década de 1970, en solitario y con mis exclusivos medios, me llegó el turno generacional de entrar en la misma misión. Aportaba mi metodología, que consistía en localizar y estudiar las fuentes originales, porque eludo siempre a los intermediarios, y hacer exégesis de lo realizado por los demás y de las fuentes tradicionales. El estudio de la obra de Caius Plinius Secundus (v. Plinio el Viejo) me condujo a establecer, en contraposición con las teorías imperantes, que nuestras Islas estaban deshabitadas en el siglo I de nuestra era, que fueron pobladas hacia los siglos II o III con gentes africanas de Cultura Epimesolítica transportadas a ellas por naves romanas, respondiendo a un plan expansivo del Imperio Romano y que, al ser abandonado, tuvo como efecto el olvido de aquellas primitivas gentes en cada una de las islas que les tocó en suerte poblar.
Asimismo corregí la interpretación dada a la isla de Canaria por poseer una amplia población de perros, introduciendo la variante de que el mensaje de Plinio se debía, en su origen, a las focas monje, lobos marinos bautizados con término griego por Iuva (v. Juba II), fuente única del romano para esta materia, que le condujo a una traducción en latín ambigua o confusa.
Esta información fue pasada en los años 1978 y 1979, para su valoración, a Luis Diego Cuscoy, Juan Régulo Pérez y Agustín Millares Carlo, por este orden, ¿le suenan algo esos nombres a Jiménez González?, además de ya ser conocida en mi círculo de amigos y en la cadena repetitiva que ahí se generaba. Cuando la oportunidad lo permitía era presentada a través de la Prensa, especialmente Diario de Avisos, con las limitaciones y gravámenes propios de este medio de difusión.
Así durante años, hasta que alcancé a hacer amistad con Marcos Martínez Hernández ¿No le dice nada este nombre a Jiménez González? Sí, Jiménez González, ese autor antecedente suyo que usted ha reducido en su Bibliografía a "Sobre el plural Islas Canarias en la Antigüedad" , año 1993, y Canarias en la Gran Enciclopedia Canaria , año 1995. ¡Qué curioso!, porque su Bibliografía alcanza obras del año 2004 y, sin embargo, omite las publicadas por Marcos Martínez "Canarias en la Mitología", año 1992, y " Las Islas Canarias de la Antigüedad al renacimiento. Nuevos aspectos" , año 1996. Obras en que se contienen todas las fuentes clásicas que usted dice haber hallado en origen y que le hicieron compañía mientras estudiaba las crónicas antiguas canarias. Y es que los autores de 'refritos' no tienen enmienda y acaban por creerse sus propias supercherías.
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