14.4. Asalto al Palacio Presidencial
En diversas ciudades del interior se produjeron manifestaciones callejeras contra el propio Batista y contra este nuevo régimen que se avecinaba. Asimismo se apreciaba un profundo malestar en muchas poblaciones. Al día siguiente, una comisión de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria), en la que se encontraba Álvaro Barba, su presidente, y José Antonio Echevarria, más tarde destacado líder revolucionario que moriría luchando, hicieron acto de presencia en el Palacio Presidencial para pedir armas al todavía presidente Prío. Sin embargo, sólo recibieron una vaga promesa de que serían enviadas a la Universidad, en cuyo recinto el descontento y las protestas tuvieron eco desde la misma mañana del golpe. A las 10 de la mañana las zonas universitarias parecían un hervidero de estudiantes de todas clases, habiéndose dispuesto que la bandera cubana ondeara a media asta en el recinto. La FEU acordó un paro definitivo y se colocaron micrófonos y amplificadores en la escalinata principal llamando al pueblo a manifestarse contra el cuartelazo.
Durante varios días se mantuvo toda esta agitación estudiantil y popular, pero, al no recibir las armas prometidas por el presidente destituido, los estudiantes no pudieron emprender acciones decisivas y, aunque posteriormente se reanudaron las clases, la universidad continuó siendo un centro de combate y enfrentamiento al régimen imperante.
Como ya dijimos, los dirigentes del Partido Ortodoxo, asumieron con actitud vacilante el nuevo status. Sin embargo, la juventud ortodoxa, entre los que destacó un “descendiente de isleños”, Jose Luís Gomenz Wangüemert Maíquez, hijo del periodista citado en esta investigación, con una postura más radical, sus integrantes estaban decididos a llevar la lucha hasta las últimas consecuencias .
Entre sus filas ortodoxas ya destacaba el joven abogado de 25 años, Fidel Castro Ruz, que a las pocas horas de producirse el golpe hizo público un manifiesto de profundo contenido revolucionario en el que denunciaba la esencia reaccionaria del golpe del 10 de marzo, haciendo responsable a su responsable máximo: Fulgencio Batista Zaldivar.
A este respecto, Fidel Castro, dejó escrito: Revolución no, zarpazo... fue el cuartelazo contra el pueblo. Otra vez las botas; otra vez Columbia dictando leyes, quitando y poniendo ministros; otra vez los tanques rugiendo amenazadores sobre nuestras calles; otra vez la fuerza bruta imperando sobre la razón humana. Cubanos: hay tirano otra vez, pero otra vez, Mella, Trejos y Guiteras. Hay opresión en la Patria, pero habrá algún día otra vez libertad. Yo invito a los cubanos de valor, a los bravos militantes del partido glorioso de Chibás; la hora es de sacrificio y de lucha, si se pierde la vida nada se pierde, "vivir en cadenas, es vivir en oprobio y afrenta sumidos. Morir por la Patria es vivir… .
Algunos meses después, el propio Fidel se personó ante el Tribunal de Urgencia y presentó una acusación contra el dictador, en la que demostraba que Batista había violado seis artículos del Código de Defensa Social, tipificando delitos que le hacen merecedor de más de cien años de cárcel. Como era de suponer los tribunales no consideraron esta acusación, alegando ser contraria al propio ordenamiento.
Nuestro colaborador en Cuba nos aporta vivencias personales. Ramón Suárez Fuentes, de 72 años (1996), y nieto del que fuera mayor general de origen canario Manuel Suárez Delgado, oriundo de la isla de Tenerife , nos dejó dicho: El cubano por su educación escolar y familiar, es tradicionalmente patriota, así se aprecia en estos actos de lucha inicial contra Batista y cuando Fidel y sus compañeros atacaron el cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, llamaron poderosamente la atención del pueblo cubano por la gran repercusión de la acción. Nadie, hasta ese momento, había usado el método de atacar cuarteles del gobierno para recoger armas que en poder del pueblo pudieran derrocar a un gobierno golpista y anticonstitucional. Por eso desde los primeros momentos, Fidel captó a los cubanos de mente limpia y no corrupta.
“En nuestra casa, humilde, pero con el recuerdo permanente del abuelo Manuel Suárez quien, siendo isleño, luchó en las dos guerras de independencia ( la de 1868 y la de 1895) bajo las órdenes de patriotas tan famosos como el camagüeyano Ignacio Agramonte o el dominicano, nacionalizado cubano, Máximo Gómez, ambos grandes generales en pro de la independencia de Cuba, miembros de la mayor jerarquía en las dos contiendas contra España, y por ello siempre fuimos simpatizantes de las causas revolucionarias. La acción de Fidel y sus compañeros, desde el principio, anunció algo diferente para Cuba, como de demostraría después... (textual)
Como se dijo anteriormente, Batista anulaba la Constitución de 1940 al tiempo que introducía Estatutos Constitucionales " ad hoc " a su régimen, documentos que servían a la administración estatal para controlar todo el poder y, de paso, transferir responsabilidad a sus colaboradores. El Poder Ejecutivo quedó formado por el propio Batista como primer ministro y Presidente, y un consejo de Ministros seleccionados por el mismo entre los más adictos. Como es obvio se suspendieron las elecciones previstas convocadas para junio de 1952 derogando todo tipo de libertades que otorgaba la Constitución. Se restableció la pena de muerte al tiempo que se iniciaba la represión característica de todo régimen dictatorial, donde el asesinato, la tortura, ofensas y vejación a detenidos, en especial a los afiliados al movimiento sindical revolucionario , se hizo norma habitual entre los servicios de policía siempre adictos al gobierno.
De nuevo quedó implantado en Cuba otro sistema de terror, con Batista como principal responsable, pero sustentado en el ejército, así como en los sectores más reaccionarios, entre los que se encontraban los magnates azucareros, grandes terratenientes, la gran burguesía comercial y como garantía definitiva el proteccionismo norteamericano, principal beneficiado.
El Partido Socialista Popular (PSP), partido de la clase obrera y próximo al comunismo soviético, había hecho ingentes esfuerzos por convencer al Partido Ortodoxo de la necesidad de establecer un pacto de unidad, con un programa que reflejara los intereses fundamentales de las masas explotadas. Sin embargo, los directivos de la ortodoxia rechazaron la proposición de unidad, para no establecer compromisos de carácter ideológico con marxistas. Si bien, dada la popularidad de los ortodoxos, miembros del PSP, apoyaban y votaban esta opción como la única válida para Cuba en aquellos momentos.
Después del golpe de estado, el PSP manifestó su oposición al nuevo régimen. El mismo día 11 de marzo, con el ejército en la calle, fue publicado en el periódico Hoy un manifiesto, firmado por los dirigentes Blas Roca y Juan Marinello, en el que ponían al descubierto la participación imperialista en el golpe de estado, el carácter reaccionario del régimen impuesto al tiempo que llamaban al pueblo cubano a la lucha. Precisamente, la represión de la dictadura se cebó principalmente en los miembros del PSP, como se comprobó el 7 de mayo de dicho año cuando la policía asaltó la sede central del Partido Socialista, así como en 43 sedes más, arrestando a unas 40 personas.
Manuel García Calero, hijo de isleños y que cuenta 82 años, en 1998, al respecto nos dice: Cuando el 10 de marzo, yo era Secretario del Partido Socialista Popular en el municipio de Jatibonico y tuve que esconderme por algún tiempo en el monte en la vivienda de unos primos míos que vivían bastante apartados. Yo era un comunista bien conocido y había estado preso durante el gobierno de Grau San Martín así como en el de su sucesor Prío. Estuve arrestado en el Castillo del Príncipe en La Habana e igualmente durante el mandato de Batista tuve que estar, en varias ocasiones, ocultándome de la guardia rural y sus esbirros, toda vez que al estar en la ficha de la policía para ellos continuaba siendo un delincuente.
Los grupos burgueses nacidos a la sombra del poder americano en Cuba, cayeron en una contradicción definitiva, puesto que los que eran más reaccionarios, pronto apoyaron la tiranía en alianza con una parte del poder corrupto que había surgido en torno a Batista, entre los que no se hallaban ajenos miembros de las propias fuerzas armadas. En cambio, la burguesía derrocada del poder político en 1952, con cierta connotación democrática, no les fue posible integrarse oficialmente en el gobierno tiránico de Batista ya que este los había desplazado del dominio público. De todas formas tampoco podían ofrecer una fórmula democrática y menos aún revolucionaria, al ser grande su propia debilidad como grupo social y convincente para una gran parte del pueblo llano cubano. Entre la corrupción de las costumbres públicas, el enriquecimiento de sus principales representantes, la vacilación y la entrega al imperialismo norteamericano, les hacían incapaces de un enfrentamiento directo al poder tiránico e imposible cualquier intento de restauración democrática.
Al respecto, cuando se produjo el golpe de estado que encabezó el General Batista el 10 de marzo de 1952, en defensa de sus ideales y relaciones estudiantiles revolucionarias, se enroló en la lucha callejera, figurando entre los miembros del Directorio Revolucionario contra la tiranía, que mandataba (sic) el conocido líder estudiantil José Antonio Echevarría.
Más tarde, durante el ataque contra el Palacio Presidencial con el objeto de derrocar a Batista que tuvo lugar el 13 de marzo de 1957, perdería la vida cegada por las balas de la Guardia Presidencial. Estas fuerzas dependientes del dictador lograron abortar el propósito, y en el que también murió el citado José Antonio Echevarría, no sin antes y, como consecuencia de la acción, obligar a Batista a abandonar inmediatamente el despacho que ocupaba en el Palacio y por la "puerta secreta" para salvar la vida.
Escrito de Fidel, aparecido en Moncada: Antecedentes y preparativos, citado, p. 65 y s.
García Medina, Ramiro, Memoria Inédita , citada, Camagüey (Cuba), 1999-2000, p.125
Le Riverend, Julio, La República , citado, p. 359 y s.