CUBA REVOLUCIONARIA
EN LOS PERIÓDICOS
Por Miguel Leal Cruz *
Web Periodismo Histórico
Una vez expuesta nuestra tesis doctoral (y graduado como doctor) debe ser prioritario dar a conocer algunos aspectos de la investigación llevada a cabo durante algunos años (según me apuntan miembros del tribunal juzgador, en especial el Secretario Dr . José Pestano Rodríguez ), consecuencia de periódicas visitas a la isla de Cuba e incluso a Miami, la segunda patria para exiliados de dicha isla); así queda plasmada su conformación en otra visión histórica (distinta a la clásica) del proceso revolucionario iniciado por Fidel Castro, desde 1953, en terreno más que abonado para el éxito preliminar (que hemos hecho constar como invitado en diversos medios regionales de Radio y TV). Pero aquel buen inicio, por diversos motivos irremediablemente conducirá al posterior parcial fracaso (en sólo tres años) que perdura hasta hoy con grave perjuicio para mayoría de cubanos (aunque el régimen y sus acólitos digan otra cosa, aspecto que nos recuerda el final de otros procesos dictatoriales pasados…)
De por sí hablar de Cuba, en los prolegómenos del siglo XXI, es siempre difícil por la situación geopolítica creada por esa administración actual “sui géneris” por ilógica y sin encaje en este siglo, especialmente con su enemigo del Norte, otrora gran amigo: Los Estados Unidos de Norteamérica. Pero, más comprometido fue ahondar en el proceso revolucionario que se gesta en origen para crear dicha situación y el de su artífice máximo: Fidel Castro Ruz , otro líder populista de ascendencia criolla en la América hispana.
Es esta una misión comprometida a pesar de que la etapa cronológica que se pretende enjuiciar históricamente, respecto al devenir contemporáneo, queda lejana en el tiempo. Y, máxime, cuando la argumentación principal parte desde unas fuentes periodísticas que han quedado desfasadas respecto a los actuales sistemas tecnológicos (puesto que la tradicional linotipia ha sido sustituida por la luz y el cable, telefax, internet o la transmisión por satélite), pero no por ello menos validas para una investigación rigurosa.
La prensa escrita de los últimos años ha proliferado precozmente como forma de hacer llegar la noticia inmediatamente a las masas ávidas de conocimiento “noticiable” en cualquiera de sus facetas: políticas, económicas, sociales e incluso bursátiles, o de las diferentes formas de ocio conocida, sin menospreciar la faceta deportiva.
Sin embargo, la utilización de la misma por historiadores y para hacer historia objetiva, es realmente reciente aunque conforma una base suficiente, con procedimientos indagatorios fiables y suficientemente contrastados para que el texto resultante sea auténticamente histórico. Autoridades universitarias acuden a estos campos periodísticos y extraen un profundo aprovechamiento complementario para sus rigurosas investigaciones. Es digno de destacar el historiador español Javier Tussel Gómez (ya desaparecido), o el director histórico de nuestro proyecto Manuel de Paz Sánchez (catedrático de Historia de América) que toman datos de la prensa escrita para aspectos de auténtica historia. Ambos abordan hechos transcurridos durante los dos últimos siglos de nuestro devenir, el primero de España (Historia Contemporánea, UNED), el segundo de Hispanoamérica, especialmente, para sus numerosas obras editadas, (aquí hacemos constar que el pasado martes en el Instituto de Estudios Canarios asistimos a la presentación de los Libros Le Canarien –Textos y Contextos-, precisamente por otro recordado profesor de la UNED, Miguel Ángel Ladero Quesada profesor que fue de Historia Medieval española, que no utilizaba la prensa pero si las crónicas del momento).
Así mismo ha de destacarse el prólogo a la obra del periodista y bibliógrafo canario-americano David W. Fernández , por el director periodístico de la de tesis expuesta, Dr. Javier González Antón , en el que se aprecia patente dicha relación histórica en los contenidos de la prensa. Igualmente se refleja en la obra de otro historiador canarioel Dr. Julio Yanes Mesa , que para su tesis convertida en libro, Leoncio Rodríguez y “La Prensa”: una página del periodismo canario , hace exhaustivo uso de los contenidos del rotativo / El Día/, desde sus comienzos (también ampliamente citado en esta investigación), hasta prácticamente hoy. Con esta fuente se analizan muchos aspectos sociales, económicos, políticos o culturales de Canarias en relación con el resto de España y de la Isla de Tenerife en particular, y se concatena un estudio comparativo con otras fuentes para Hispanoamérica.
Sin embargo, tampoco podemos aceptar la exhaustiva y teórica afirmación personal del prolífico escritor, periodista y crítico literario español Enrique Jardiel Poncela , cuando expresa: “ La verdadera historia está en los periódicos y no en los libros...” o la frase de otro miembro de la cultura hispana, Mario Vargas Llosa , cuando afirma que “el periodismo es la historia haciéndose” (con el que, conocedor de ambas disciplinas complementarias, coincidimos casi plenamente siempre que el periodismo utilizado sea objetivo y además contrastado), o como nos dice Javier González Antón , la prensa se nos muestra de una manera cada vez más nítida como memoria histórica imprescindible para el conocimiento del hombre contemporáneo (pero unido a los libros).
No podemos obviar al prestigioso periodista español Francisco Umbral (columnista en la última página de El Mundo ) que da a la prensa (como archivo de hechos pretéritos) un protagonismo muy “personal” en la interpretación dichos acontecimientos pasados. Algunos consideran que un hecho es histórico a las 48 horas de ocurrir.
De todas formas sí consideramos que entre historia e información periodística existe total concordancia hasta el punto que (bien contrastadas las noticias), cualesquiera de ambas disciplinas académicas se considerada auxiliar para la otra y viceversa. En este caso se procura respetar al máximo en el expuesto proyecto (ahora en trámites de publicación) el estilo y forma que utilizaba la agencia o editorial que se trate o la del periodista o editor que dio la noticia (o artículo de opinión) contemporánea al hecho.
Es claro que tal colaboración se hace más patente en los últimos años del siglo XIX y todo el XX, que es cuando el periodismo como información se convierte en auténtica y fundamental fuente para la historia. Los corresponsales de guerra o cualquier otro representante de cada una de las grandes agencias de información en puntos clave del orbe, por ejemplo, contribuyen con informaciones gráficas o textuales, eficazmente en la conformación histórica de la etapa a investigar. Se podría objetar que algunas de esas fuentes o sus protagonistas incurran en errores interpretativos por subjetivos o por poco contrastados, incluso descaradamente sesgados políticamente que hieren la sensibilidad de los profesionales imparciales (que todavía quedan, claro).
* Dr. en Ciencias de la Información, La Laguna