¿ANTROPOFAGIA O MODO DE SUBSISTENCIA?

 

Por Dr. Miguel Leal Cruz

El Mundo-Gaceta de Canarias, 18 agosto 2007

 

En esta etapa vacacional, pobre en argumentos noticiables, se acude a un puntual titular de prensa: “El kilo de carne humana, a doce euros”, procedente de EFE, 13 julio desde Roma, donde se lee: “ El alcalde de la pequeña localidad de Varallo Sesia, en la región de Piamonte (noroeste), don Gianluca Buonanno, ha puesto en marcha un curioso plan contra la obesidad que incluye un premio de 50 euros a quienes adelgacen tres kilos al mes, en el caso de las mujeres, y cuatro, para los hombres…”

Pero sí a esto unimos otra noticia de la misma Agencia publicada en un medio informativo regional /El Día/ hace poco, cuando alude a que un grupo científico dependiente de la Universidad de Granada (España) en colaboración con otro de Méjico, acuerdan conjuntamente "que no sólo se practicó la antropofagia en culturas mesoamericanas (harto probado en aztecas) hasta el siglo XVI, sino en toda la cuenca mediterránea al menos durante el neolítico (siglos VIII- III AC)", el asunto se hace espeluznante. Mas, aporta argumento y justificación suficiente para disertación sobre este tema considerado tabú (incluso hoy): El temido canibalismo, según apunta el Dr. Miguel Botella de la citada universidad española en el dictamen acordado.

¡Elemental! La antropología es la ciencia que trata del hombre como especie (superior) dentro de tantas como encuadra la biología desde millones de años y con origen único para todas.

La antropofagia (o canibalismo) es de contenido más específico (y más horripilante), pero muy practicado desde el origen del mismo ser humano... práctica ésta, a veces, necesaria como medio de alimentación en ciertas culturas, incluso relativamente próximas en cronología histórica (aztecas, caribes, polinesios...); se continúa llevando a cabo en determinadas sociedades primitivas (y no tanto), según estudios científicos con datos... y parece se practicó en campañas bélicas, en la antigua Rusia, Corea del Norte y otros lugares jamás imaginados de no estar contrastado... (inclusive con fotos)

Para ahondar en esta diatriba (que enlazamos con otros aspectos concomitantes) recordar, como complemento al preámbulo, que cualquier persona debe (debemos) sentir algunos escalofríos ante el temor de intuir realidades posibles en los muchos familiares pasados desde donde procedemos (pero sin referirnos a esta infrahumana posibilidad); por qué: ¿quiénes fueron algunos de nuestros numerosos ancestros? Todos tenemos 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos...en un espacio aproximado de tres generaciones que es igual unos 100 años. Pero en 500 años tenemos unos 170 antepasados que nos han transmitido genética y cualidades, unas positivas, otras negativas. ¿Y en 5 mil años...? 

Es aquí dónde nos puede entrar cierto terror fundado (y no precisamente metafísico) al sospechar que ¿cuántos buenas personas, nobles, trabajadores o bandidos, piratas, germanogodos, vikingos, moros, beréberes, negros, mulatos, gitanos o moriscos (como apuntamos en otro debate), y un largo rosario de posibilidades que, como dijimos, es para asustarse y no poder dormir en un par de noches de reflexión profunda (similar al momento emocional en que un niño de tres o cuatro años intuye que él también morirá. Es el primero choque emocional violento en el encuentro con la cruel realidad de la vida)

Algunos presumen de ascendientes de nobleza o de genealogía de prestigio, y por la regla mencionada preguntaríamos: ¿seguro...?
Pero es más. Y si nos remontamos a miles de años, serían miles nuestros antepasados que conformarán lo que en genealogía se denomina árbol genealógico. ¿Cuántas ramas y gajos perfectos o imperfectos tendremos? Muchos aspectos posibles...

Cuando pensamos que nos hallamos próximos a lo que discute: "Porqué todos descendemos de un ser único con formato homínido para, previa evolución, llegar a ser racional, y que todavía no hemos podido determinar". Está claro que se refiere a una especie de mono antropomorfo que, por causas todavía no conocidas, adquirieron inteligencia para formar el hombre “hábiles” y más tarde “sapiens”. Quedaremos estupefactos y al borde de la depresión, patológica desde ahora; porque biológicamente esto es científico, cuantificado, demostrado y veraz.

Nadie lo puede negar, ni la Ciencia ni la Iglesia Católica. Sin embargo, en reciente conversación con alta autoridad eclesiástica (nuestro Obispo Don Bernardo Álvarez) apunta que sólo el hecho de ser racional y diferente al resto de los animales implica la intervención divina. De Dios, dijo. Es comprensible, pero lo que no se ha dicho claramente (pero se añade), es que gran parte del proceso de formación del ser humano (desde el formato considerado como antropológico irracional al propiamente considerado racional) ha sido practicando toda suerte de ínfimos modos de subsistencia en un medio hostil en el que queda incluido el canibalismo (antropofagia) por millones de años, que ya es horroroso; pero hoy se debe decir toda la verdad de la ciencia en aras de la formación cultural íntegra a la que todos tenemos derecho (desde la definición académica) y constitucionalmente.

Se debe mantener el debate hasta que no se demuestre lo contrario (aquello considerado increíble para algunos: que todos descendemos de un único origen de vida que alcanza a plantas y animales por millones de millones de años). De modo más coloquial y por lo expuesto preguntaríamos, para épocas más recientes: ¿se pretende decir que si un cordobés se mira al espejo puede ver un antepasado árabe o moro, o un yanqui puede ver desde un anglosajón (o un indio) hasta un chino, español, mejicano, holandés, francés, alemán, sueco y otros más?
O un cubano a un asturiano, gallego, canario, andaluz o catalán (o a un indio caribe, o negro esclavo africano o malayo, o...) etc.

Pues realmente puede ser si se aplica la lógica aristotélica a la ciencia biológica, que dice 2+2 es igual a 4. Es para reflexionar... Y, por tanto, debemos hablar con Dios en nuestros ratos de intimidad y cercanía espiritual. ¡Ah! y mirar a los monos con respeto y afecto, por si acaso... Esto es lo que hay.