AGUA, OTRO BIEN ESCASO

Por Miguel Leal Cruz

La actualidad y sus aspectos “noticiables”, impone el orden de preferencias a seguir en la colaboración semanal para este medio. Contribuciones estas que guardamos “como oro en paño” para posible edición conjunta en futuro inmediato…

Respecto a este bien de consumo tan preciso, es claro que estos días, y para la Exposición Universal de Zaragoza, fue inaugurada por los Reyes de España, como día histórico en el que participan más de cien países interesados, que reconocen la importancia del agua dentro del desarrollo sostenible, ahora imprescindible.

Nuestro paisano (y amigo), Consejero de Medio Ambiente del Cabildo del Tenerife Don Wladimiro Rodríguez Brito (de quién aún se ignora cómo el Registro Civil de Barlovento-Santa Cruz de La Palma, inscribió este nombre tan revolucionario en pleno “franquismo”…, si  bien existe un santo con dicho nombre en el rito ruso-ucraniano), nos dice al respecto en uno de sus artículos dominicales, y como aviso a navegantes, que se ha descubierto ahora que la agricultura (tan olvidada) es el sector más importante para dar seguridad alimenticia al Planeta; por tanto el agro será elevado a la categoría de factor estratégico y a la misma altura de los energéticos y otros. Con su aliada: el agua, recurso fundamental en toda sociedad organizada, incluso desde épocas muy alejadas cronológicamente, es la que por su misma escasez constituye el mayor problema en nuestro Archipiélago próximo al continente africano y colindante con el mayor desierto del mundo: El Sahara (otrora, sin embargo, gran vergel como demuestran los estudios “polinológicos” en semillas fósiles en suelo sahariano). También en Lanzarote y en Fuerteventura se conservan lechos de antiguos barrancos que transportaban enorme caudal de agua procedente de lluvias, similares a los que se hallan en suelo norte africano próximo, secos desde 10 mil años.

Como quiera que el agua, fundamentalmente se origina por descarga pluvial de borrascas localizadas en bajas barométricas, y del grado de captación de los subsuelos para almacenarla, esta premisa queda parcialmente modificada por un tercer factor sumamente importante para Canarias cual es la influencia del casi permanente anticiclón de las Azores. Éste aporta aire humidificado por su gestación en las frías aguas del Atlántico Norte (incluso en proximidades polares), y dan lugar a que el clima canario, en general, haya sido calificado desde épocas pretéritas “como clima primaveral permanente” o “el clima mejor del Mundo”, tópico acuñado por el viajero alemán Alejandro von Humboldt en uno de sus periplos, en el siglo XVIII, hacia América con escala en nuestras islas. Sin embargo, a pesar de las precipitaciones que origina este anticiclón en combinación con bajas barométricas del Atlántico, algunas tormentosas y de inusual intensidad, la mayor parte de las zonas situadas al sur del Archipiélago se hallan marcadas por su gran aridez. Este deterioro “in crescendo” como  consecuencia no sólo de la falta de lluvias sino por factores humanos derivados del progreso, afecta a las estructuras productivas, en especial agrícolas (y en algún momento turísticas), con singular incidencia en Gran Canaria y en Lanzarote (con su hermana próxima Fuerteventura)

¿Qué se puede hacer?; El profesor Rodríguez Brito, predice que en los últimos tiempos de clara desorganización de los sistemas tradicionales en torno a la obtención y aprovechamiento del agua: embalses, aljibes, atarjeas, estanques, pozos o maretas, son las potabilizadoras (desaladoras) la única alternativa para suministro de agua a la población de nuestras islas, especialmente en las zonas turísticas, situadas por lo general en las franjas costeras entre 3 y 5 kilómetros, que son las más demandantes.

Añade este profesor que la tecnología para obtención de agua por este sistema (iniciado en Israel), en creciente desarrollo y obtención del máximo rendimiento, ha pasado de precisar 30 Kw/h en los años sesenta a situarnos por debajo de los 6 Kw en la actualidad, es decir se puede obtener un m2 de agua con un solo litro de petróleo si se utiliza el sistema de ósmosis inversa y de 8 Kw si se utiliza el sistema de compresión a vapor. La teoría incomprendida del magnífico creador e imaginativo escritor allí afincado, Alberto Vázquez Figueroa… Es tan barata la obtención de agua por estas nuevas tecnologías que la potabilizadora más grande de España, situada en localidad almeriense de Carboneras, produce 42 Hm3, a bajo precio, pero la demanda es de apenas 4 o 5, que es la demanda aproximada de toda Fuerteventura, por ejemplo, aquella sólo abastece zonas costeras, turísticas o agrícolas, y no el interior. Así Jaén, que se surte de aguas embalsadas o subterráneas, su costo es cero o mínimo.

Pero existen otros factores más específicos que también influyentes en el clima y base fundamental  para el necesario recurso hídrico, diferenciado en cada una de las islas, como también son diferentes en su orografía o distancia hasta nuestra África próxima; llueve más en La Palma que reúne ambos factores. Es claro que la disposición orográfica de las occidentales y de Gran Canaria, por su altitud, genera una barrera que dificulta la circulación de vientos dominantes, provoca el ascenso del aire de la capa inferior (fresca y húmeda)  frenada por la capa superior (aire cálido y seco) y da lugar al conocido “mar de nubes”. Estos fenómenos aportan humedad en las zonas dirigidas al norte, mientras aparecen despejadas las cumbres y las laderas situadas a sotavento. Sin embargo, las islas de menor orografía como es Lanzarote muestra un mayor grado de aridez con paisaje casi desértico por su poca altitud geográfica que sólo permite circular una sola corriente de aire. Es claro que allí, con su hermana de Maxorata, apenas llueve y se recurre a las potabilizadoras con energías fósiles: petróleo, ¡ahora a 130 dólares el barril…, y subiendo!

Sí se recurre a la imprevisible (por poco viable) explotación de bolsas de petróleo situadas entre estas islas orientales y África ¿no será peor el remedio que la enfermedad? Aconsejable será recurrir a energías limpias, en especial la eólica cuya materia prima, el viento, sí que abunda por todo el Archipiélago.